Dreams are renewable. No matter what our age or condition, there are still untapped possibilities within us and new beauty waiting to be born.

-Dale Turner-

domingo, 21 de septiembre de 2008

El beso mágico

Esta será la próxima historia en ser escrita: La de la música silenciosa, la del beso sin fin.

Dejarás que mi rostro repose sobre tu pecho y los latidos de tu corazón caerán sobre mi cara como caricias.
Guardarás las letras del amor imposible, y el beso que se convirtió en canto.
El deseo convertido en piedra toma la forma de una madre sosteniendo al hijo en un abrazo de luz.
Los amantes secretos seguirán con sus vidas separadas de largo tiempo y los recuerdos en común caerán como las hojas en otoño.
Pero algún día se volverá a escuchar el beso que se volvió canto. Quedando ambos envueltos de música y volviendo a las letras que olvidaron.
Al leer las cartas que guardaron volverán todos los recuerdos de los besos nunca dados y revivirán la gloria de esa juventud como si tuvieran una segunda vida, como si vivieran dos veces, hasta que acabe la tonada que hoy he traido para ti.
Ellos se perderán de nuevo en sus casas de papel pero ahora con una conciencia de lo eterno que se hizo canción...
Y volverán a ese beso una y otra vez hasta que el sueño olvidado se realice en el recuerdo.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Un fuego viviente

El post de hoy es dedicado a DH Lawrence, genial escritor inglés de comienzos de siglo XX que se vió sometido a innumerables censuras. Esta noche es especial, es una noche apasionada, noche donde la sangre se calienta y recorre el cuerpo dejando tras de si vestigios carmesí de pasión y desenfreno. Donde hay pasión hay amor o viceversa. Lawrence era un escritor sincero, sus personajes se entretenían entre sus instintos pasándo de piel a piel de boca a boca intecambiando confundidos sueños y fluidos. Mis libros favoritos de él son: El amante de Lady Chaterley y Mujeres enamoradas.

Leyendo a Lawrence se llega a entender que el órgano sexual más poderoso de todo el cuerpo es el cerebro y que sólo basta imaginar un poco para poder disfrutar de una experiencia de este tipo. El, además nos deleita con un lenguaje que se acerca a lo poético pero sin dejar de lado su lenguaje sin dilaciones, como escribió Isabel Allende: Escribir no es sólo sacar al conejo del sombrero, hay que hacerlo con estilo y elegancia. Este fragmento que cito a continuación pertenece a una de mis partes favoritas de la novela de Lawrence "Mujeres enamoradas".

"Ella siguió con las manos la línea de la espalda y los muslos de él, por su parte posterior, y un fuego viviente la recorrió, desde el hombre, con una fuerza oscura. Era un oscuro flujo de pasión eléctrica que ella liberaba en su compañero y atraía hacia si. Había establecido un rico circuito nuevo, una nueva corriente de energía eléctrica pasional que, liberada de los polos más oscuros del cuerpo, fluia entre ambos en un circuito perfecto. Era un oscuro fuego de electricidad que manaba de él hacia ella y les inundaba a ambos de una paz y satisfacción maravillosas.
- Amor mio - Exclamó levantando el rostro hacia él, sus ojos, su boca entreabiertos por el éxtasis.
- Amor mio - respondió el hombre, acercándose a ella y besándola, besándola sin parar."

sábado, 13 de septiembre de 2008

Si pudiera elegir mi paisaje

Si pudiera elegir mi paisaje de cosas memorables, mi paisaje de otoño desolado, elegiría, robaría esta calle que es anterior a mí y a todos. Ella devuelve mi mirada inservible, la de hace apenas quince o veinte años cuando la casa verde envenenaba el cielo. Por eso es cruel dejarla recién atardecida con tantos balcones como nidos a solas y tantos pasos como nunca esperados. Aquí estarán siempre, aquí, los enemigos, los espías aleves de la soledad, las piernas de mujer que arrastran a mis ojos lejos de la ecuación de dos incógnitas. Aquí hay pájaros, lluvia, alguna muerte, hojas secas, bocinas y nombres desolados, nubes que van creciendo en mi ventana mientras la humedad trae lamentos y moscas. Sin embargo existe también el pasado con sus súbitas rosas y modestos escándalos con sus duros sonidos de una ansiedad cualquiera y su insignificante comezón de recuerdos. Ah si pudiera elegir mi paisaje elegiría, robaría esta calle, esta calle recién atardecida en la que encarnizadamente revivo y de la que sé con estricta nostalgia el número y el nombre de sus setenta árboles.

Mario Benedetti



Si yo pudiera elegir mi paisaje, no sería el de mi otoño sino de mi primavera, en el tiempo en que mi paisaje era mi casa, la casa grande en donde se arremolinan tus dulces recuerdos, el paisaje de lluvia que tu llenabas de aroma de café y olor a tierra mojada. La casa de la playa que era como la del viento marino; toda palpitante de gaviotas. La casa fria llena de bruma, donde se arremolinaban los espiritus para jugar conmigo en horas ociosas. La casa del páramo: que caia en picada sobre una caja de cartón entre los bosques de fresas. La casa nueva que me despedia en chocolate caliente y me recibia en un baño de té frio. La casa del lago que por bella sólo vive en la imaginación. Y la casa del jardín; la casa verde. Que vivirá con tu recuerdo y el mio hasta que se me acaben los días o se deje llevar por el viento, entre sus muros de palabras.

martes, 9 de septiembre de 2008

Las telas bordadas del cielo

Hablar del poemario "El jardinero" de Tagore me obliga a comentar un poco de la persona a quien fue dedicado. Esa persona es W. B. Yeats. Poeta y dramaturgo irlandés, junto a Tagore la poesía de Yeats parece hecha de magia, el propio Rabindranath tenía la imagen que yo me he formado desde siempre de un mago de Tolkien.
La poesía de Yeats está llena de simbolismo de leyendas, en el mayor de los casos de la cultura celta. Hurgando entre su biografía me encuentro que estuvo profundamente enamorado de una mujer... y de su hija pero rechazado por ambas. El poema escrito a continuación es mi poema favorito, no pasa un día sin que piense en él. Citarlo en su idioma original (inglés) hace que el espacio se sumerja entre versos de magia y de amor, algún día comenzaré a hablarles de la palabra, sobre todo de la palabra poética que son palabras esenciales, si habláramos con poesía todo el humo salido de la boca serían en definitiva, palabras esenciales.
Aún no he podido explicarme toda la belleza oculta en este poema, pues al tratar de hacerlo, sólo se visualizan a grandes rasgos dos cosas: Un anhelo que flota entre las telas telas del cielo, unas ganas deseperadas de alcanzar a la mujer amada que descanza en la lejanía. La seguna parte que veo es que al verse su anhelo de ofrenda impedido, decide regalarle una cosa que parece insignificante pero siento que en el verso cae como una lágrima; Me refiero a sus sueños.


"Si tuviera las telas bordadas del cielo
Hechas delicadamente de la luz de oro y plata
Las telas azules, las tenues y oscuras
De la noche y la luz y la media luz.
Las extendería bajo tus pies
Pero como soy pobre, sólo tengo mis sueños
He extendido mis sueños bajo tus pies.
Pisa suavemente, porque pisas mis sueños."

lunes, 8 de septiembre de 2008

El jardinero

Empezar a escribir no difiere mucho de empezar a pintar. Uno se acerca al lienzo en blanco y lo observa con temor, puede salir algo maravilloso pero igual podría suceder todo lo contrario. Alli se encuentran todos tus miedos, alli se refleja en esa nada de blanco, esos sueños que esperan tener forma. Esta, mi primera entrada en el blog quiere por si misma dar justificación al título con el que lo he bautizado: "El jardinero" En homenaje al poemario del mismo nombre escrito por Tagore; el poeta de la sencillez, y de una persona que fue en vida muy especial para mi, para ti princesa, van cada una de estas palabras, como flores de este jardín de historias que hoy he decidido comenzar a sembrar para que tu vivas en él. Para ti, todo yo. Para ti... El jardinero.

- ¡Apiadate de mi, Reina mia!
- Pero ¿De dónde sales ahora, cuando ya todos han partido?
- Por eso; porque mi hora es la última de todas. Vengo a preguntaros qué os queda que mandar a vuestro último esclavo.
- ¿Qué quieres que te diga tan tarde?
- Pues hacedme jardinero de vuestro jardín.
- ¡Jardinero de mi jardín!... ¿Estás loco?
- No... abandonaré todo lo demás. Dejaré las espadas y lanzas. ¡Y no me mandéis a cortes lejanas, ni me pidáis nuevas conquistas! ¡No quiero ser otra cosa que jardinero de vuestro jardín!
- Y ¿qué vas a hacer?
- Os serviré en vuestros días de ocio. Mantendré verde la hierba del sendero por donde vas cada mañana, y mis flores os colmarán de bendiciones. Os meceré en un columpio que haré para vos en el saptaparna, y la luna crepuscular besará vuestra falta entre las hojas. Cambiaré el aceite perfumado de la lámpara de vuestra alcoba. Adornaré vuestra tarima con azafrán y sándalo...
- ¿Y qué querras por recompensa?
- Que me dejeis entremis manos vuestras manitas perfumadas y enlazar vuestras muñecas con cadenas de flores; que me dejéis pintar vuestros pies con sangre de ashoca y quitaros el polvo con mis besos...
-... Desde hoy eres el jardinero de mi jardín.