Afuera llueve, tengo una vista perfecta del jardín
Un croissant de chocolate y un café, pondré algo de música mientras escribo esto.
En esta entrada quiero comentar mis impresiones del último libro que he leído: Un trato casi perfecto, de la escritora Minerva Hall.
Quiero empezar siendo duro: No me gusta el género romántico, por lo general siempre me ha parecido lleno de lugares comunes y de una cursilería que no es lo que más me agrada. Hasta ahora...
El libro te habla de dos personas: Marc y Amy. De hecho Amy es la principal razón por la que me decidí darle una probada a este género. ¿Por qué?
Básicamente conozco a Amy.
Si mi memoria no me falla fue en marzo-abril de 2008, ella terminaba su tesis de la universidad. No diré de qué era la Tesis, si lo hago se empezará a diluir la línea que divide al personaje de la autora, a quien por cierto, no he tenido la suerte de conocer en persona. Si alguien lee esto y se pregunta cómo nos conocimos, pues debo escribir que fue en un chat. Nunca nos vimos las caras, quizás de esa manera mostrábamos mejor nuestras personalidades. Junto a otras personas nos reuníamos a diario para conversar un poco sobre cualquier cosa, llegamos inclusive a sentirnos como una familia, pensando en supuestos como organizar una fiesta y llegar a reunirnos todos en la casa de alguno.
Oh si, Amy toca el piano. Me da gusto dar fe de que lo hace divinamente. Recuerdo que al escucharla tocar, me inspiró a escribir un cuento que le dediqué. Supongo que si en algún momento llego a publicar mis cuentos, este debe llevar su nombre -o apodo- en la primera página con forma de dedicatoria.
¿Además de tener la ilusión extraña de conocer al personaje de una historia, hay otra razón más para leer este libro?
Al igual que Amy, este libro no muestra grandes pretensiones, no se puede encontrar en él alguna figura literaria fuera de serie o algún romance de leyenda, más bien es como un día de paseo. Pero como cada persona no lee el mismo libro, este paseo para mi ha sido memorable. Me dolía cada vez que tenía que dejar de lado la historia por culpa de mis obligaciones. Jamás pensé que una historia en este género pudiera resultarme adictiva. Créanme he empezado varios ¿Best Sellers? de romance y no había podido terminar el primero. Sólo los de D. H. Lawrence; Mujeres enamoradas y El Amante de Lady Chatterley. ¿Pero eso se considera romance? Hey, esa pregunta va libre de ironía, en serio.
Algún día probaré con Jane Austen.
Como anécdota, hace unos días atrás me faltaba poco para terminarlo y cuando lo leía en el tranvía, me llega un mensaje de la autora a mi móvil, fue un momento curioso, porque eso hizo que dejara de leer. Hoy me baje del tranvía y lo retomé en el mismo punto. Creo que es la primera vez que una página me dura dos días.
En fin, este libro me dijo que yo podría ser un Marc perfecto. Sólo me faltaría el talento culinario, el cuerpo escultural y la cara. Pero fuera de chistes malos ese hombre, pienso yo, es probable. No es como otros personajes masculinos del género, que de inalcanzables se hacen poco creíbles, al menos para un lector masculino, claro está.
Eso es lo que más me ha gustado de esta historia, son personas comunes que tejen su historia de forma común, como un paseo por el parque en un fin de semana.
Y eso es genial. Gracias Minerva, por tu culpa me estoy metiendo en el romance, y lo peor, es que me está gustando.
viernes, 17 de octubre de 2014
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