Hace mucho tiempo leí un cuento que me dejó marcado, transparencias, olvidé el autor pero no así la huella que ese cuento dejó en mí. Lo recuerdo con nostalgia de adolescente, tenía 15 o 16 años y fue, esa la edad en la que me atreví a crear mis propios mundos a través de la palabra.
Recuerdo que era un cuento triste y hermoso que rondaba en torno a la transparencia de una persona muerta. Era tan bello recrearse en la expresión de un ser que has perdido a través de su imagen desdibujada que aun hoy que me encuentro por azar con esa historia, la recuerdo conmovido.
Pero no es el mismo cuento.
Aún es hermoso, sí y mucho, pero ya no me hizo suspirar como la última vez ni es tan delicado. ya esa transparencia que me ha acompañado durante tanto tiempo no es vista con los mismos ojos de adolescente.
Por eso decido preservar el recuerdo y tomar ese recuerdo como el verdadero.
Los cuentos, las historias no cambian pero si las personas.
Hoy decido dejar una parte importante de mi historia literaria encerrada en otra época. Entre mis pasadas transparencias.
domingo, 5 de septiembre de 2010
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2 comentarios:
Quisiera poder decir lo mismo. -.-
Lo transparente me trae otra idea distinta a lo que tú consideras de ella, por eso me costó un tantico más de concentración a tu texto cada vez que lo decías.
Que cosas, todo cambia, todo cambia, pero las palabras quedan siempre. Pero sólo lo aceptamos al suponerle una significación. Que desilusión darse cuenta que lo que antes significó tanto ya no tiene sentido.
Que fortuna conservar un recuerdo a tu antojo :P
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