Hoy cumplo dos semanas en mi nuevo empleo y me siento de maravilla, usualmente llego a la oficina hora y media antes de la hora habitual, me da tiempo de leer las noticias, ver algún video, revisar mi correo... Ciertamente levantarse temprano sólo trae ventajas, siempre que hayamos dormido lo suficiente claro.
Mi día no comienza cuando me levanto de la cama, o cuando tomo una ducha, sino cuando bebo mi café. a veces lo bebo donde lo compro mientras ojeo alguna revista, otras veces haciéndole compañia a una señora que cada día se sienta se sienta en el mismo lugar con su café a leer la prensa. Nunca le he dirigido la palabra pero aprecio su compañia. Una hora en que hay poca gente en la calle y no es que estas últimas estén desiertas sino que la gente en estos momentos que escribo aún camina entre sueños.
Cada día llego a la tienda compro algo de comer o una excusa para que mi café no esté solo. Algo que me mantenga en pie hasta la hora del almuerzo, nunca he estimado el valor del desayuno así que rara vez me alimento bien en ese momento. Me enfrento entonces a mi primera decisión trascendental del día. ¿Que café voy a pedir? Entre el negro expresso, el con leche y el marrón como le dicen en Venezuela, cortao en Madrid. Están en el extremo opuesto los más exóticos como el café helado, el de crema batida o con canela. Actualmente me situo en la parte media con mis nuevos tres amores: El Latte, el Capuccino y el Mocaccino.
Hoy probé un latte de vainilla verdaderamente espectacular a veces, me hago un lío cuando lo quiero llevar a la oficina pues debo esquivar uno que otro conductor con prisa o peatón descuidado, el latte para los no entendidos es café con leche pero con mucha leche.
El que menos bebo es el capuccino, al igual que el latte tiene leche pero este la tiene en menor proporción y sabe más a café, ese hecho hace que sea mi preferido en el olor, si debo hacer definitivamente una lista de los placeres de mi vida una es el olor del café. Por último está el café que con leche, alguien se atrevió a mezclarlo con e peor de mis vicios; el chocolate, cuando hablo de buen chocolate me quedo sin palabras y este post ya se ha hecho bastante largo terminaré sólo en una palabra de adoración ante la combinación que prefiero en mis mañanas: Café con leche y chocolate que juntas se pronuncian asi; mocaccino.
martes, 8 de septiembre de 2009
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1 comentarios:
le pondrí 5 estrellas, epro aqui no hay.
Mocaccino... Nice!
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