Dice una vieja fábula persa, que un día, un caminante halló un trozo de barro tan aromático, que su perfume llenó toda la casa.
-¿Qué eres tú? –le preguntó el caminante al barro-.
¿Eres alguna gema de Samarkanda o algún extraño nardo disfrazado o alguna otra mercancía preciosa?.
–No. No soy más que un trozo de barro –respondió este-.
-¿Entonces, cómo tienes este aroma maravilloso?.
–Amigo, te voy a revelar un secreto: he estado viviendo junto a una rosa.
martes, 2 de octubre de 2012
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