y mi casa era de madera, de suelo de madera y jardín.
Metía mis pies entre las hendiduras de la madera y los guardaba entre las sombras del jardín
mi casa era de madera, de suelo de madera y jardín y sombra.
La sombra cambiaba mi casa al pasar de las horas
era el dueño de casas infinitas
mi casa era de madera, de suelo de madera y jardín y sombra y tiempo.
Crecía, se ocultaba y fluía como un río invertido sobre un lecho de nubes estáticas
mi casa era de madera, de suelo de madera y jardín y sombra y tiempo y río
y tú.
Tú eres demasiado grande como para encontrar las palabras que te describen
algo sé; estando contigo, olvido las hendiduras de la madera, la sombra del jardín
mi casa infinita, mi casa de madera y agua.
Se detiene, todo se detiene...
viernes, 23 de diciembre de 2011
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