y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora:
Tiempo de nacer
y tiempo de morir,
tiempo de plantar
y tiempo de arrancar lo plantado,
tiempo de matar
y tiempo de curar,
tiempo de destruir
y tiempo de edificar,
tiempo de llorar
y tiempo de reir,
tiempo de hacer duelo
y tiempo de bailar,
tiempo de esparcir piedras
y tiempo de juntarlas,
tiempo de abrazar
y tiempo de abstenerse de abrazar,
tiempo de buscar
y tiempo de perder,
tiempo de guardar
y tiempo de tirar,
tiempo de rasgar
y tiempo de coser,
tiempo de callar
y tiempo de hablar,
tiempo de amar
y tiempo de aborrecer,
tiempo de guerra,
y tiempo de paz.
¿Qué provecho obtiene el que trabaja de aquello en que se afana?
He visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en él.
Todo lo hizo hermoso en su tiempo, y ha puesto eternidad en el corazón del hombre, sin que este alcance a comprender la obra hecha por Dios desde el principio hasta el fin.
Sé que no hay para el hombre cosa mejor que alegrarse y hacer bien en su vida,
y también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce de los beneficios de toda su labor.
Sé que todo lo que Dios hace es perpetuo:
Nada hay que añadir ni nada que quitar.
Dios lo hace para que delante de él teman los hombres.
Lo que antes fue, ya es,
y lo que ha de ser, fue ya;
y Dios restaura lo pasado.
Eclesiastés 3.1-15
Porque los viejos textos poéticos son textos religiosos, o los textos religiosos son viejos textos poéticos.
viernes, 21 de enero de 2011
domingo, 9 de enero de 2011
El sueño blanco
El vivía en un sueño blanco
Ya no le quedaban ilusiones ni esperanza.
Una vez en sus sueños cayó una estrella
le contó a él que venía de una luna distante
que traía su lápiz amarillo...
Con ese lápiz y con la ayuda de un amigo de otra luna
Juntos habían pintado todos los atardeceres del mundo
Le enseñó a él la manera en cómo se pintan los sueños
-Soñando-
Le dió todos los ingredientes...
Y desde ese día, hasta los fines de sus días el siguió pintando sus sueños
Con luz,
amor,
ilusiones
y esperanza.
Ya no le quedaban ilusiones ni esperanza.
Una vez en sus sueños cayó una estrella
le contó a él que venía de una luna distante
que traía su lápiz amarillo...
Con ese lápiz y con la ayuda de un amigo de otra luna
Juntos habían pintado todos los atardeceres del mundo
Le enseñó a él la manera en cómo se pintan los sueños
-Soñando-
Le dió todos los ingredientes...
Y desde ese día, hasta los fines de sus días el siguió pintando sus sueños
Con luz,
amor,
ilusiones
y esperanza.
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