Dreams are renewable. No matter what our age or condition, there are still untapped possibilities within us and new beauty waiting to be born.

-Dale Turner-

lunes, 16 de marzo de 2015

Una vez quise ser hombre


para casarme con mi hermana
que ya lleva tres divorcios.
Para amar a mis amigas
que en cada relación mueren un poco.

Quise ser hombre
para fecundar sus vientres,
no de hijos 

sino de poesía
vino tinto 

relojes parados
unicornios azules.

Para decirle a Josefa
cuánto admiro 

su forma de entregarse.
Para escribirle a Rosi
esas cartas que no llegan nunca.
Llamar por teléfono a Pilar
que espera tantas tardes.
Llenar de caricias prolongadas
el espacio de Beatriz,
que vive sola y le tiene 

miedo a los temblores.
Quise ser hombre,
para amarlas a todas 

y no sentir más
el frío de sus lágrimas 

en mi playera,
ni mirarlas apagarse,
ni presenciar sus funerales
en sus ataúdes de treinta años.


Quise ser hombre
para invitarlas 

a volar el periférico
a bailar descalzos 

porque el América
le ganó al Guadalajara
para llevarlas del brazo 

hasta una cama
donde no tengan que fingir orgasmos.

Pero soy mujer y
aunque puedo
compartir con ellas la poesía
escribirles cartas
llamarlas por teléfono
llenarlas de caricias prolongadas
volar el periférico
bailar descalzas
secar su llanto
tocar su alma…
No es suficiente.
No les alcanza.
Porque, desde niñas, aprendieron
que los hombres son 

un premio 
al que hay que amar,
sin importar 
si ellos las aman.

Rosa María Roffiel